miércoles, 12 de septiembre de 2007

La incredulidad

Crecer es darnos cuenta
de que a veces los consejos
no son buenos.

Es medir las palabras que decimos
y evaluar el discurso que nos llega,
porque no todo es bueno y conveniente.

Dejamos de ser niños ese día
en que somos conscientes de que estamos
solos y extraviados ante el camino,
con un mapa borroso entre las manos,
y un libro de instrucciones incompleto
cuya única premisa nos desarma:
"haga usted lo que pueda en esta vida".

Pero la sospecha de que hemos ganado
experiencia vital nos llega cuando
entendemos por fin de qué va el juego:
todo vale si a ti te lo parece,
no hay reglas inviolables, ni hay justicia,
tan sólo un burocrático balance
que para colmo a veces llega tarde o jamás.

La ley
es que no hay ley que no se pueda
vulnerar.

2 comentarios:

GaviotaZalas dijo...

tu poesía está llena de emociones y transmite nuestras dudas y certezas ante la vida. Saludos la incrédula, GaviotaZalas CUBADICE

Ivis dijo...

Muchas gracias Gaviota, me siento henchida por tu comentario.
Gracias por pasarte.