jueves, 26 de febrero de 2009

Puesta de sol en el Molinar de Levante


El domingo pasado tuve la ocasión de ver una puesta de sol desde el Molinar, en compañía de mi buen amigo Antonio Saura, un romántico perdido. De no haber sido por él, no me hubiera detenido a observar cómo el sol se ponía tras las montañas, desde el primer hasta el último rayo, como si de un ritual se tratase. Este Antonio es un maestro de las cosas importantes de la vida. Aquí les dejo una foto que hice con el móvil.

miércoles, 25 de febrero de 2009

Caprichos de la física


Siempre me ha causado gran placer observar las cosas duras mientras se deshacen: un bizcocho en el café con leche, la cera de una vela al calentarse, un hombre rudo cuando baja la guardia... Y es que no hay nada tan frágil como lo rígido, como se sabe. Son caprichos de la física.

lunes, 23 de febrero de 2009

La hospitalidad madrileña

La famosa "movida madrileña" no sería tan famosa si los habitantes de esta ciudad no fuesen así de simpáticos, lo que pude constatar en mi reciente y cortísimo (más de lo que yo hubiera deseado) viaje a Madrid durante el pasado fin de semana.
Fue un viaje cargado de sorpresas y gratas compañías: la Betty, bloguera estelar y buenísima amiga, que nos acompañó a Queseto y a mí al concierto de Habana Abierta donde por fín pude ver realizado uno de mis sueños: ver a estos muchachones tocar en vivo esa música que me encanta, música para el alma, como tiene que ser. Luego ver a Michel, viejo amigo de Cuba, y recorrer con él las calles de esa ciudad maravillosa que es Madrid, y ponernos al día con nuestras respectivas vidas, todo un regalo. Ver a mi familia de Alcalá, aunque brevemente, y constatar que a pesar de la distancia el cariño es el mismo, y la confianza, que es lo bueno de la familia, que siempre están ahí.
Lo mejor de todo el viaje fueron sin dudas los nuevos amigos que hice: María, amiga de Queseto y nuestra excelente anfitriona, Alexis Cruz, de la Asociación Homérica de Cuba, a quien Betty tuvo la buena idea de presentarnos, un tipo genial cuya biografía daría para hacer todo un libro, pues es un emprendedor nato con un corazón grandísimo para ayudar a los necesitados y un gran talento para hacer buenos proyectos. Pilar, del Yemayá, una mujer fuera de serie con una energía tan buena, que nos abrió las puertas sin saberlo: energía pura de Yemayá, los encantadores Donia y Javier, quienes apenas a unas horas de conocernos nos abrieron las puertas de su casa como si nos conociesen de toda la vida, al igual que los chicos de Habana Abierta, que fueron encantadores con nosotras y nos brindaron no sólo su música, sino su simpatía, su tiempo y su entusiasmo. Pero de esto les hablaré más detenidamente en otro post, porque el tema (y ellos) lo merecen.
La gente de Madrid, contra el mito aquel que dicta que en las grandes ciudades la gente va a lo suyo, me parecieron abiertos y simpáticos. Hubo anécdotas graciosas como por ejemplo el señor mayor al que le preguntamos una dirección y se ofreció a acompañarnos, o el taxista dicharachero que a las cinco de la mañana nos contaba historias de la ciudad, o el skater que nos dejó montar en su patineta de madrugada cuando íbamos medio borrachas en busca de algún local abierto. Gente amable, sí señor, y muy divertida.
También hubo amigos a los que no pude ver, algunos porque cambiaron de teléfono, otros a los que no pude llamar por cuestiones de tiempo, pero como Madrid está a la vuelta de la esquina me queda el consuelo de que más temprano que tarde Madrid y yo volveremos a vernos las caras. Y aquí les dejo con fotos que Betty tuvo a bien pasarme y otras que saqué de mi móvil, porque no tengo cámara de fotos hasta nuevo aviso.

Con Betty y los muchachos de Habana Abierta, todo un lujo.

Queseto y yo cogiendo cajita, qué lindos, caballero, pero qué lindos.

Aquí disfrutando del concierto.

Con Alexis, de la Asociación Homérica de Cuba, un tipo estelar a quien tuve el placer de conocer gracias a Betty.

Y aquí de nuevo, con Betty, su nuera y Alexis.
Qué rico, caballero, en la sala Clamores con Habana Abierta, tremendo vacilón.

El cartel del concierto.

Con Betty, llegando al local.
Betty y Queseto por Madrid.
Qué linda foto...

domingo, 22 de febrero de 2009

Llena de amor

Estoy llena de amor. He descubierto que la vida es un lugar confortable para estar, y que no hay que ponerse triste sin motivo, por más que nos gusten esos dulces momentos de melancolía. He alcanzado la paz de mi alma, por fín, después de tantos golpes y sobresaltos, y hoy me siento satisfecha, feliz, como una flor dispuesta a abrirse al mundo: orgásmica y carnal.
Atrás quedan los días de sufrir y escribir estupideces, papeles entintados que hoy sólo me servirían para quemarlos y calentar mi casa. Hoy duermo con la cabeza apoyada suave pero firmemente en mi almohada, suave y firmemente, igual que camino y pienso.
Amo tantas cosas y a tanta gente linda... hombres y mujeres, amigos y amigas, hermanos de la vida. Amo mi cuerpo a pesar de mi figura no tan esbelta como desearía, pero lo amo por lo que es capaz de dar y de aguantar, porque él soy yo, y como Whitman digo: "me celebro y me canto a mí misma".
Y por todo esto, yo, que no soy creyente, doy las gracias al cielo y rezo para que no se me escurra pronto todo este amor que hoy me desborda.

domingo, 15 de febrero de 2009

miércoles, 11 de febrero de 2009

La felicidad

¿Qué es vivir una vida plena? Es una pregunta que me viene a cada rato a la cabeza. Cuando miro a mi alrededor veo a toda clase de gente y comparo: los hay que se limitan a un mundo reducido, a un mismo lugar, un círculo de amistades más o menos estable, y son felices así, sin salir del barrio, sin absurdos deseos de alcanzar lo que de antemano están convencidos no pueden tener. Se conforman, se distraen conversando con el vecino, organizando almuerzos para espantar la duda y los fantasmas. Contestan sin faltar a las postales navideñas que año tras año llegan para adornar el árbol, y se mueren en paz cuando les llega el momento, satisfechos de haber vivido la vida que les ha tocado, con sus altas y sus bajas, y sobre todo con resignación.
Hay otros, por el contrario, que padecen el sino de la inconformidad y viajan de un sitio a otro buscando algo, sin pereza ni apego. Se hacen una agenda complicada, estudian doctorados o publican libros de indudable utilidad. Se afilian a partidos, toman préstamos, contraen deudas sin temor a no poder pagarlas, o en todo caso se aseguran. Miran hacia adelante, le piden a la vida lo que quieren, ocupan todo el espacio que les toca sin preguntarse si acaso se lo merecen, o si estaba reservado para ellos. Y en este espacio extienden sus posesiones, las que van acumulando, con desparpajo, y así, en ese desplazamiento, en ese gasto de energía, se les va la vida. Y a su manera también son felices, viviendo a lo grande, arrollando y olvidando con igual velocidad.
¿Y cuál de los dos (o más) tipos de vida es el recomendable? Es una pregunta que a veces me hago. De momento no lo sé, y ya me ha entrado sueño, no puedo seguir con este tabaco que me he sacado de abajo de la manga, así que les dejo con este muchacho que me encanta y con su recomendación. Charito, esto es pa tí, gracias por todo, ¡supersocia!



Maria Y Juana

domingo, 8 de febrero de 2009

Día de matanzas

Una vez al año, es tradición (una tradición que se va perdiendo, como muchas otras) que las familias mallorquinas se reúnan para hacer la matanza de uno o dos cerdos que luego convierten en los embutidos que les acompañarán en sus celebraciones el resto del año (ahora se comen ocasionalmente pero antes formaban la base de la alimentación de los mallorquines). El sábado pasado fui invitada a una de estas matanzas, lo que para mí fue todo un honor, pues compartir estas tradiciones me hace querer cada vez más a esta tierra y su gente.
Hicimos muchas fotos, no quería dejar pasar la ocasión de mostrarles este singular acontecimiento, aunque les advierto que hay algunas imágenes que pueden herir la sensibilidad de vegetarianos y amantes de los animales. Los seres humanos somos un poco bestias, pero qué se le va a hacer, la sobrasada está muy buena.
Espero que les guste este reportaje. Las fotos las hicimos varios de los que estábamos presentes aquel día, y llegaron a mí por cortesía de Mar Sancho.

Matanza 2009

jueves, 5 de febrero de 2009

Reflexiones después de ver la película "El amor en los tiempos del cólera"

Pretender que el amor sea una rosa espiritual que se conserve intacta tras el paso de los años: pura teoría. El amor, como todo, se marchita y decae. ¿De qué sirve el amor si llega tarde, si no se tiene cuando se desea o apenas puede manifestarse? A la mierda el amor que no calienta, que no te ve envejecer, que no conoce el mapa de tus imperfecciones, que no te sorbería las entrañas.

domingo, 1 de febrero de 2009

La manifestación

Para los que aún no lo saben, ayer tuvieron lugar sendas manifestaciones contra el gobierno cubano en Madrid y en Barcelona, que en esta última ciudad casi terminan en encontronazo, como narran en sus respectivos blogs Ernesto Hernández Busto y Jorge Ferrer.
En el blog de La China encontramos su crónica de la otra que tuvo lugar en la Puerta del Sol.
A mí no me gustan las manifestaciones, desconfío de su efectividad, pero reconozco que de haber estado en una de esas dos ciudades habría ido a arrimar el hombro, porque ya está bien de tanta represión.

Sola

Al fin me he quedado sola.
Mi teléfono ha dejado de sonar como tanto lo hizo en otro tiempo.
Ya no tengo quien me recuerde que hoy es el día de esto o de lo otro.
Se olvidaron de mí, (yo complacida). No integro ningún círculo, no encajo en ningún plan... qué maravilla este libre albedrío, este agujero negro y confortable.
Qué maravilla no disimular, sonreír cuando quiero y llorar cuando hace falta, decirle a la gente las cosas a la cara sin temor a que me retiren la palabra, total, para lo que sirven las palabras...
Qué buena idea haberme escabullido a tiempo, haberme vuelto invisible, absolutamente innecesaria. No influir en ninguna decisión ni tener una abultada cuenta en el banco que me garantice la tranquilidad. No tener un seguro de vida y no querer tenerlo. Qué maravilla aún no tener hijos, y que mis padres sean jóvenes y fuertes.
Qué suerte saberme así de nuevo, como aquella hoja que fui un día, ligera, alegre, yo, y no sentir que me ronda la culpa, mi eterna compañera, hija de mis errores y alimentada con mi café con leche.
Me congratulo de haber descubierto que el teléfono se apaga, que no existe manera humana de evitar los desastres naturales ni los sufrimientos ajenos cuando son necesarios.
Tengo tanto poder estando sola que me siento capaz de fulminar con un rayo salido de mis dedos lo que se me interponga. Tengo tanto poder y sin embargo sé que no lo usaré para abusar del débil ni perderme en caminos de laureles.
Puedo vivir sin los otros; la soledad es ya una vieja conocida. En días como hoy nos abrazamos y bailamos un vals despreocupado, pero mentiría si negara que disfruto también de la compañía de mis amigos y familia, que disfruto de los lazos voluntarios así como de las responsabilidades. Disfruto todo el tiempo, incluso en la tristeza, y todo gracias a tí.